lunes, 1 de abril de 2019

La presión insuficiente...porque, si "demasiado" es un peligro, "insuficiente" es un riesgo.


Cuando la fuerza con la que viaja la sangre por nuestra red de arterias y venas es escasa, el oxígeno que transporta no logra penetrar la membrana de las células y ser entregado para sus funciones vitales. Esta situación genera mareos, dolor de cabeza, náuseas y desmayos (lipotimia).

En ambiente de calor, esta situación se agrava. Para perder temperatura, la sangre migra hacia la piel y los vasos se dilatan. Por eso enrojecemos. La razón es que, de esta forma, el organismo logra perder temperatura por vía de la irradiación, la transferencia, la convección y, principalmente, por la evaporación del sudor.

No transpiramos sangre, pero sí agua y sales que provienen de ella. Esto provoca dos fenómenos que reducen la presión arterial: uno de ellos es por la dilatación de los vasos. A igual volumen de sangre discurriendo por "mangueras" más amplias, la presión interna disminuye.

El otro es por la pérdida de volumen. Si contamos con cinco litros de sangre, pero una parte del agua y sales que contiene se entrega al servicio de la transpiración para perder calor, entonces quedamos con menor cantidad de fluido y, también por eso, la presión se reduce.

En estas circunstancias ayuda aprovechar la fuerza de gravedad de la Tierra y volcar la sangre oxigenada hacia el sitio más noble y vital con que contamos: el cerebro. También reducir esa dilatación de vasos sanguíneos en la piel, bajando la temperatura.

Finalmente, reponer líquidos perdidos por la transpiración. En suma: ante náuseas, dolor de cabeza, mareos...en ambiente de calor, ayuda acostarse en un lugar más fresco, ventilado y elevar las piernas por encima del nivel del corazón. Aflojar las ropas para facilitar el movimiento respiratorio.

Cuando la persona empieza a mejorar, suministrar agua...¡agua!, no otra cosa...de a sorbitos, sin apurar, para evitar el vómito.

Debido al calentamiento global, los episodios de lipotimia están resultando mucho más frecuentes que años anteriores.

El primer paso para cuidarnos y cuidar, es informarnos.

El segundo es aplicar ese conocimiento al servicio de la protección de la vida propia y la de los demás.

Ojalá estos pequeños aportes sirvan a ese objetivo. Cumplirlos es la decisión libre de cada uno de nosotros.

No hay comentarios.: