Los cambios profundos ocurrieron a escala mundial en las últimas décadas del siglo XX, entre ellas el avance de la tecnología de la información, la globalización económica y el fin de la polarización ideológica en las relaciones internacionales.
En este contexto, el sociólogo francés Edgar Morin, hoy con 95 años, defiende que la mayor urgencia en el campo de las ideas no es revisar doctrinas y métodos, sino elaborar una nueva concepción del propio conocimiento. En el lugar de la especialización, de la simplificación y de la fragmentación de saberes, Morin propone uno de los conceptos que lo convirtieron en uno de los mayores intelectuales de nuestro tiempo: el de la complejidad.
En una entrevista, el pensador critica el modelo occidental de enseñanza que, según él, separa los conocimientos artificialmente a través de las disciplinas. Para Morin, las disciplinas cerradas enseñan al alumno a ser un individuo adaptado a la sociedad, pero impiden la comprensión de los problemas del mundo y de sí mismo.
En su opinión, ¿cómo sería el modelo ideal de educación?
La figura del profesor es determinante para la consolidación de un modelo "ideal" de educación. A través de Internet, los alumnos pueden acceder a todo tipo de conocimiento sin la presencia de un profesor.
Entonces, pregunto, ¿qué hace necesaria la presencia de un profesor? Debe ser el regente de la orquesta, observar el flujo de esos conocimientos y elucidar las dudas de los alumnos. Por ejemplo, cuando un profesor pasa una lección a un alumno, que va a buscar una respuesta en Internet, debe corregir los errores cometidos, criticar el contenido investigado.
Es necesario desarrollar el sentido crítico de los alumnos. El papel del profesor necesita pasar por una transformación, ya que el niño no sólo aprende con los amigos, la familia, la escuela. Otro punto importante: es necesario crear medios de transmisión del conocimiento al servicio de la curiosidad de los alumnos. El modelo de educación, sobre todo, no puede ignorar la curiosidad de los niños.
¿Cuáles son los mayores problemas del modelo de enseñanza actual?
El modelo de enseñanza que se instituyó en los países occidentales es aquel que separa los conocimientos artificialmente a través de las disciplinas. Y no es lo que vemos en la naturaleza. En el caso de animales y vegetales, vamos a notar que todos los conocimientos están interconectados. Y la escuela no enseña lo que es el conocimiento, sólo es transmitido por los educadores, lo que es un reduccionismo.
El conocimiento complejo evita el error, que es cometido, por ejemplo, cuando un alumno escoge mal su carrera. Por eso digo que la educación necesita proporcionar subsidios al ser humano, que necesita luchar contra el error y la ilusión.
¿Puede usted explicar mejor este concepto de conocimiento?
Vamos a pensar en un conocimiento más simple, nuestra percepción visual. Yo veo a las personas que están conmigo, esa visión es una percepción de la realidad, que es una traducción de todos los estímulos que llegan a nuestra retina. ¿Por qué esta visión es una fotografía? Las personas que están lejos son pequeñas, y viceversa. Y esa visión es reconstruida para reconocer esa alteración de la realidad, ya que todas las personas presentan un tamaño similar.
Todo conocimiento es una traducción, que es seguida de una reconstrucción, y ambos procesos ofrecen el riesgo del error. Hay otro punto vital que no es abordado por la enseñanza: la comprensión humana.
El gran problema de la humanidad es que todos somos idénticos y diferentes, y necesitamos lidiar con esas dos ideas que no son compatibles.
La crisis en la enseñanza surge por la ausencia de esas materias que son importantes al vivir. Enseñamos sólo al alumno a ser un individuo adaptado a la sociedad, pero él también necesita adaptarse a los hechos ya sí mismo.
¿Qué es la transdisciplinariedad, que defiende la unidad del conocimiento?
Las disciplinas cerradas impiden la comprensión de los problemas del mundo. La transdisciplinariedad, en mi opinión, es lo que posibilita, a través de las disciplinas, la transmisión de una visión de mundo más compleja.
Mi libro El hombre y la muerte es típicamente transdisciplinar, pues busco entender las diferentes reacciones humanas ante la muerte a través de los conocimientos de la prehistoria, de la psicología, de la religión. Yo necesité hacer un viaje por todas las enfermedades sociales y humanas, y recurrí a los saberes de áreas del conocimiento, como psicoanálisis y biología.
¿Cómo la asociación entre la razón y la afectividad puede ser aplicada en el sistema educativo?
Es necesario establecer un juego dialéctico entre razón y emoción. Se descubrió que la razón pura no existe. Un matemático necesita tener pasión por las matemáticas. No podemos abandonar la razón, el sentimiento debe ser sometido a un control racional.
El economista, muchas veces, sólo trabaja a través del cálculo, que es un complemento ciego al sentimiento humano. Al no tener en cuenta las emociones de los seres humanos, un economista sólo opera cálculos ciegos. Esta postura explica en buena parte la crisis económica que Europa está viviendo actualmente.
La literatura y las artes deberían ocupar más espacio en el currículo de las escuelas? ¿Por qué?
Para conocer al ser humano, hay que estudiar áreas del conocimiento como las ciencias sociales, la biología, la psicología. Pero la literatura y las artes también son un medio de conocimiento.
Las novelas retratan al individuo en la sociedad, ya sea por medio de Balzac o Dostoievski, y transmiten conocimientos sobre sentimientos, pasiones y contradicciones humanas. La poesía es también importante, nos ayuda a reconocer ya vivir la calidad poética de la vida. Las grandes obras de arte, como la música de Beethoven, desarrollan en nosotros un sentimiento vital, que es la emoción estética, que nos permite reconocer la belleza, la bondad y la armonía. La literatura y las artes no pueden ser tratadas en el currículo escolar como conocimiento secundario.
¿Cuál es su opinión sobre el sistema brasileño de enseñanza?
Brasil es un país extremadamente abierto a mis ideas pedagógicas. Pero la revolución de su sistema educativo va a pasar por la reforma en la formación de sus educadores. Es necesario educar a los educadores. Los profesores necesitan salir de sus disciplinas para dialogar con otros campos de conocimiento. Y esta evolución aún no ha ocurrido. El profesor tiene una misión social, y tanto la opinión pública como el ciudadano necesitan tener la conciencia de esa misión.
Andrea Rangel
Cortesìa: Revista Prosa Verso e Arte
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