Una investigación aporta nuevos datos sobre los beneficios del deporte en la atención, la memoria y el estado de ánimo. Un poco de ejercicio físico entre clase y clase tiene enormes beneficios en la capacidad de aprendizaje.
La atención, la memoria y el humor mejoraron en aquellos niños que salieron a caminar o a correr. La mejora tiene lugar con actividades que no se realizan bajo control ni son especialmente intensivas.
Un nuevo estudio llevado a cabo por la BBC en colaboración con las universidades de Edimburgo y Stirling, afirma que el ejercicio afecta positivamente al cerebro de los niños. Pero la parte más sorprendente son los beneficios de hacer un poco de deporte entre clase y clase. Según la investigación, 15 minutos de ejercicio a su propio ritmo produjo una mejora del humor, la atención y la memoria de los estudiantes. Así es como el ejercicio físico puede mejorar la capacidad de aprendizaje:
Mayor atención
En comparación con un grupo de control (que no había hecho ejercicio), los niños que salieron a correr y a caminar a su propio ritmo aseguraron sentirse mejor, pero no notaron diferencias en su rendimiento en los tests que realizaron a continuación.
Sin embargo, los estudiantes que hicieron ejercicio respondieron más rápido a un examen que requería estar muy atentos. La capacidad de atención se incrementó significativamente, según los datos que arroja el estudio.
Prestar atención en clase es muy importante para el aprendizaje. También es una pieza clave para que los niños controlen su comportamiento y dejen de gritar en los momentos que no deben.
Mejora el estado de ánimo
Los niños afirmaron sentirse más despiertos después de hacer un descanso con un poco de actividad física. Caminar y correr a su propio ritmo fue la actividad física que mayor efecto tuvo en ellos, frente al test de Course-Navette, que apenas provocó cambios en su estado. Los niños también se sintieron más felices tras el ejercicio físico, por lo que se puede concluir que mejora el estado de ánimo.
Afecta positivamente a la memoria
Los niños llevaron a cabo dos tareas relacionadas con la memoria: una consistía en recordar palabras (memoria verbal) y la otra en memorizar formas geométricas (memoria visuoespacial). Ambos tipos de memoria son esenciales para la educación.
Después de hacer deporte, la memoria verbal mejoró, es decir, los niños fueron capaces de recordar más palabras. Los resultados de la memoria visuoespacial fueron menos concluyentes, ya que no mostraron grandes diferencias entre los niños que caminaron y corrieron, el grupo que realizó el test de Course-Navette y el grupo de control.
Esto puede significar que el ejercicio físico no afecta a la memoria visuoespacial, pero no es seguro. El estudio concluye que es necesario investigar más en este aspecto.
A su propio ritmo
Los beneficios fueron muy superiores cuando los niños hicieron ejercicio libremente, frente a una actividad física intensiva y controlada como es el Course-Navette. No obstante, el ejercicio intensivo no perjudica la capacidad de aprendizaje de los niños y de hecho puede ser beneficioso en aspectos puramente físico.
Cuando se trata de mejorar la capacidad de atención, memoria y el estado de ánimo, los centros escolares deberían plantearse dejar unos minutos de ejercicio libre entre clase y clase. El deporte más allá de la educación física es una asignatura pendiente en los colegios. Estos resultados solo enfatizan los beneficios de la actividad física como parte natural de la enseñanza infantil.
Cortesía: Universia España
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