Son la demostración tangible y científicamente comprobable de que nuestra especie es empática desde su origen. Me pasa a menudo: estoy examinando a un bebe en el consultorio, sonríe, mira y atiende cada palabra que le voy diciendo, despacio y sin estridencias. La comunicación es perfecta y...de pronto, en el consultorio de al lado otro bebe llora.
Quien estaba tranqui y plácidamente dispuesto a la palpación, auscultación o ejercicios que le proponía, empieza a "hacer pucheros" y hasta termina en llanto. Al revés también sucede: un lactante que está incómodo, si lo miras a los ojos, lo tomas con firmeza, pero suavemente a la vez, y le sonreís, muchas veces cesa su malestar y devuelve la sonrisa.
Estamos en una etapa de la historia en la que los poderes globales nos prefieren separados y cada quien en su propio ombligo. Es mucho más fácil dominarnos y vendernos lo que quieran si cada quien "hace la suya".
A pesar de eso, cuando hay situaciones límites, brota desde dentro nuestro la empatía que se encuentra en nuestra esencia. Las neuronas espejo son otro de los recientes descubrimientos de la neurociencia. Revelan que tendemos a simpatizar con lo que a otro ser humano le está pasando.
No somos una especie solitaria. Somos una especie gregaria (de "agregar", "sumar"...). Es una de nuestras fortalezas. Bueno sería liberar nuestra empatía y comprobar el valor inmenso que tiene su retorno. Desde esas experiencias personales en gestos cotidianos, podemos empezar a pensar en el colectivo y, seguramente, juntos será realidad el transitar hacia ese otro mundo posible que, con los ojos bien abiertos, hace tiempo pensamos y soñamos.
Cortesía: Dr. Jorge Mota
No hay comentarios.:
Publicar un comentario