jueves, 1 de febrero de 2018

Aprender sí, pero ¿cómo?

Aprender sí, pero ¿cómo? es el título de una obra de Philippe Meirieu; obra que ha sido reeditada 18 veces y traducida al italiano, al español, al árabe y al inglés.

En la contratapa del libro de este autor francés se puede leer: "La vocación de la escuela es facilitar el aprendizaje. No hay duda, y todo el mundo lo acepta. Pero no es suficiente: el consenso es inútil sin el enunciado de los medios a utilizar. Philippe Meirieu prosigue en esta obra la reflexión iniciada en La escuela, modo de empleo, (Octaedro, 1997) centrándose esta vez específicamente en el acto de aprender. Denuncia cualquier planteamiento ilusorio y aporta ideas para que el enseñante pueda elaborar, regular y evaluar su actividad. Aborda a la vez la relación pedagógica, la racionalización didáctica y las estrategias individuales de aprendizaje. Muestra cómo dirigir la atención hacia estas tres dimensiones y así permite mantener el equilibrio ecológico del sistema de enseñanza . Situándose más allá del enfrentamiento entre teoría y práctica, esta obra constituye una referencia para todos los profesionales de la enseñanza".

Se vive en sociedades caracterizadas por procesos acelerados de cambio a niveles tecnológicos, económicos y sociales fundamentalmente. El mundo es cada vez más heterogéneo, por suerte, a pesar de que a primera vista pareciera que no hay modelos alternativos efectivos dada la globalización masiva que los medios de comunicación, particularmente Internet, producen. Se está inmerso en una cultura de lo diverso. El paradigma de la realidad muestra múltiples facetas así como diferentes modos de adaptación.

Como todos los seres humanos, los niños tienen una capacidad tremenda y una enorme capacidad de aprendizaje.

Aprender significa lograr un conducta que modifica la anterior; es ir avanzando en un proceso continuo de conocimiento; desde la comprensión hasta la aplicación. El aprendizaje es un cambio relativamente permanente del comportamiento debido a la experiencia pasada.

Para aprender hay estrategias que unas son más adecuadas que otras. Una estrategia es un proceso, una fusión de reglas que fortalecen competencias óptimas en cada momento; las estrategias implican diversas técnicas. Es posible definir las estrategias de aprendizaje como procesos de toma de decisiones (conscientes e intencionales) en los cuales el alumno elige y recupera, de manera coordinada, los conocimientos que necesita para cumplimentar una determinada demanda u objetivo, dependiendo de las características de la situación educativa en que se produce la acción.

Resumiendo son procedimientos que se aplican de modo controlado, dentro de un plan diseñado deliberadamente con el fin de conseguir una meta fijada. Utilizar una estrategia supone algo más que el conocimiento y la utilización de técnicas o tácticas en la resolución de una tarea determinada. Mucho sobre esto ya se ha escrito, basta con hacer un recorrido viajando por Internet y se obtiene al tema.

El conocimiento como acumulación de saber no es significativo, su valor radica en el uso que se haga del mismo, por tanto, las escuelas deben, con esta perspectiva, replantear los programas educativos desde el saber hacer a partir del desarrollo de competencias y de su aplicación a situaciones de la vida real.

Competencia es la "capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos pero no se reduce a ellos" (Philippe Perrenoud; "Construir Competencias desde la Escuela" 2002).

El aprendizaje se construye, reconstruye y se aplica en la resolución de problemas (aprendizaje significativo) y se concibe con una perspectiva de proceso abierto, flexible y permanente, lo que implica que existe la libertad de incorporar los avances de la cultura, la ciencia y la tecnología a los programas educativos en el momento en que éstos se están dando, con la finalidad de que los alumnos estén actualizados en su área disciplinar.

La base está en "aprender a aprender" y "aprender a des-aprender" para generar un acompañamiento a las nuevas conquistas y a los nuevos paradigmas. La oscilación entre la pertenencia y el extrañamiento está la apertura del aprendizaje.

"En la experiencia de aprender haciendo... los estudiantes aprenden mediante la práctica de hacer o ejecutar reflexivamente aquello en lo que buscan convertirse en expertos y se les ayuda a hacerlo así gracias a la mediación que ejercen sobre ellos otros prácticos reflexivos más experimentados, que usualmente son los profesores; pero pueden ser también compañeros de clase más avanzados" (Díaz Barriga, Frida.2002)

Aprender sí, pero ¿qué?
El desarrollo de una competencia, va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La competencia implica la comprensión y transferencia de los conocimientos a situaciones de la vida real, exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar, inventar, aplicar; transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante realidades imprevistas o contingentes.

Aprender técnicas o procedimientos es esencial. Dominar la indagación y la investigación es imprescindible para poder avanzar en lo cognitivo. Formular problemas, formular hipótesis y confrontarlas, ordenar de forma sistemática según criterios, destacar lo básico y clasificar son habilidades que subyacen el aprendizaje de contenidos. Cuanta más variedad de técnicas haya disponibles, más variados pueden ser las estrategias.

"Aprender sí, pero ........"

Aprender para saber. "Todos los hombres tienen el deseo de saber" manifiesta Aristóteles. El aprendizaje humano implica una amplia dimensión cognoscitiva, la cual es afectada por las expectativas, las relaciones percibidas, las imágenes mentales y otros fenómenos, factores que influyen en el modelamiento, como el éxito o el fracaso.

Concluyo este trabajo tomando como referencia al filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira quien escribió en 1908 un libro que llamó "Moral para intelectuales" y dice: "...la inmensa diferencia que existe entre estudiar para saber y estudiar para demostrar que se sabe. ..... El deber que voy a recomendarles pertenece a la clase de deberes no sólo fáciles, sino agradables. La vida del estudiante es infinitamente más grata para el que, además de preocuparse de estudiar en superficie, se preocupa también de estudiar en profundidad". (el subrayado es mío)

Estudiar para saber implica como lo marca Vaz Ferreira estudiar en profundidad, por ideas pedagógicas directrices de escalonamiento o de penetración. Y los consejos vazferreirianos para aprender son dos: formarse hábitos y leer libros (en los comienzos del siglo XX único medio para acceder a lo que otros estudiaron, pues como señala Paulo Freire: "leer un libro es estudiar a quien estudiando lo escribió").

Profa. Cora Amorin González
Cortesía: educaweb

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