¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Con frecuencia suelo buscar y repasar los procesos de construcción de los principales momentos de lucha por las conquistas sociales vinculadas a la discapacidad. No es una tarea sencilla, porque es una historia que aún no se escribió. Si se presta atención, cuando se conversa con la gente que la vivió o se la contaron, se puede lograr entender la fortaleza vital y la paciencia estratégica de quienes tuvieron el coraje de enfrentarse a la adversidad y sobre todo a las indiferencias. Todas estas luchas siempre estuvieron cargadas de futuro, aunque las necesidades por las que peleaban fueran tan imprescindibles para poder desarrollar sus vidas en el presente, y aunque de las conquistas dependía la posibilidad de salir de su casa al otro día.
Aun así, tuvieron la capacidad de mirar al futuro, luchar por sí mismos, y por los que vendrían atrás, para que las barreras que tuvieran no fueran las mismas que las que pasaron ellos, por objetivos que seguramente no lograran vivir. Me detengo en este aspecto, porque entiendo que el 1er Plan de Accesibilidad para la Inclusión de Montevideo representa una síntesis de muchas luchas anónimas. Contiene la puntería estratégica de reclamos, demandas y propuestas que se vienen manifestando por parte de personas que viven la discapacidad desde hace más de 50 años, de personas que han golpeado miles de veces las puertas de la Intendencia de Montevideo reclamando que se hagan las cosas que se están haciendo, y muchas otras que quedan por hacer.
Me detengo en ésta explicación porque, sobre todas las cosas, el Plan pretende ser un instrumento para contribuir a ese proceso de acumulación histórica, y su éxito está no solo en el cumplimiento de todas las metas, sino en ser una herramienta útil que le permita a las personas con discapacidad conocer los avances y desafíos que se proponen.
Sólo quién conoce sus derechos puede exigirlos y hacerlos valer; y conocer el alcance de los objetivos que se propone nuestro gobierno en los temas de accesibilidad y discapacidad es una información fundamental para la construcción de poder popular, que haga efectiva la consigna del “nada sobre nosotros, sin nosotros”.
Si miramos en retrospectiva, el Montevideo de los años 90 tenía el desafío de demostrar que los gobiernos no tenían que ser todos iguales, que había diferencias abismales en la forma de concebir el rol del Estado y que éste debía involucrarse en la sociedad, en el mercado, en los barrios y que su acción debía estar marcada por una opción decidida por los más débiles. Hoy en día, la realidad del país cambió notoriamente, pero el desafío político sigue siendo el mismo.
En este transcurso han pasado más de 25 años de experiencia en la implementación de un programa político que jerarquiza las políticas sociales como su principal identidad, con puntos de inflexión pero con un rumbo definido que se puede resumir en que las dos terceras partes del presupuesto se invierten en los barrios con mayores necesidades materiales. Se realizó un proceso de descentralización profunda de la gestión, que permite un aprendizaje sobre los límites y las potencialidades de las políticas públicas. Se transitó por la peor crisis económica y social de los últimos 50 años en el 2002.
Se realizaron transformaciones y se preservaron concreciones que han consolidado a Montevideo como una de las mejores ciudades de la región para vivir; y paradójicamente, al mismo tiempo, todavía no se ha logrado erradicar las situaciones de pobreza y desigualdad más duras que han puesto en riesgo de fracturar la ciudad, territorial y socialmente. Las personas con discapacidad son parte de esa ciudad diversa y convulsionada, han estado presentes desde siempre, aunque no estén mencionadas en los diarios, ni haya libros que rescaten esta historia, han acompañado todos los procesos sociales, políticos, culturales, económicos del Uruguay y Montevideo; siempre desde la invisibilidad y la subalternidad, pero siempre dando batalla por la subsistencia y por la vida.
La Intendencia de Montevideo fue sensible a este tejido social que estaba presente en las profundidades de los barrios y que tenía referentes que un día sí y otro también buscaban la forma de instalar en las políticas públicas el tema de la accesibilidad, la discapacidad y la inclusión. Se definió ser pionera en la construcción de institucionalidad en los temas de discapacidad en el Uruguay, desde la creación de la Comisión de Discapacidad en el año 1990 hasta la transformación en Secretaría de Accesibilidad para la Inclusión en el año 2016. Este proceso tiene mucha historia de acumulación, de avances y retrocesos pero siempre manteniendo la identidad de cercanía con la gente, con las organizaciones, con las personas que muchas veces han encontrado en ésta institución una referencia para no andar luchando siempre desde la soledad.
Las políticas deben construirse orgánicamente con las personas que viven las realidades, aún en el error, esa debe ser una opción ética irrenunciable. Hoy en día nuestro país vive un momento donde se empiezan a visibilizar avances. Se aprobaron instrumentos legales como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CPCD) y la ley integral de protección integral de personas con discapacidad (18.651) que establecen un programa y un mandato que impulsa las transformaciones. Estos avances legislativos, junto a los cambios institucionales y la visibilidad social del tema han generado condiciones políticas y sociales para cambios profundos.
El 1er Plan de Accesibilidad para la Inclusión de Montevideo es un mojón en el proceso histórico de transformación social, es una herramienta de gestión que sistematiza y organiza las acciones de una Institución que tiene alto impacto en la vida de la ciudad y sus ciudadanos. Es una forma de establecer objetivos estratégicos, que explicite un horizonte de derechos y no uno de movilizado por la lástima y la buena o mala voluntad.
Es una apuesta a transparentar la gestión, estableciendo con claridad y con honestidad los alcances de trabajo para acercarse al cumplimiento de los objetivos. Este instrumento permitirá tomar decisiones en base a buena información, en diálogo con las personas con discapacidad, sabiendo los límites de la gestión y construyendo juntos, entonces, los alcances de la política. La relación entre el alcance de las metas planteadas para este período de gobierno y las necesidades de transformación, será valorada y evaluada por las personas que la viven cotidianamente, porque es en ese momento que se conjugan la perspectiva de las políticas públicas y la perspectiva de la vida.
En el transcurso de su implementación nos permitirá analizar en los ámbitos de discusión política y técnica que tiene la Intendencia, aquellos aspectos a corregir y profundizar, logrando de esta forma que se transforme en una herramienta para proponerse nuevos horizontes y velocidades para los cambios necesarios.
En la lectura y análisis del documento que sintetiza el Plan encontrarán toda la información sobre cómo fue elaborado, cual es la metodología, los ejes, objetivos y metas. En esta presentación encuentran la explicación fundamental de la política, que es porque hacemos lo hace hacemos.
FEDERICO LEZAMA
COORDINADOR EJECUTIVO DE LA SECRETARIA DE ACCESIBILIDAD PARA LA INCLUSIÓN
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