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Cortesía: LaRed21
Estos insectos son los mayores responsables de polinizar plantas en todo el mundo y están desapareciendo a tasas alarmantes. Los beneficios directos que para la vida y la salud humana representan los productos hechos por las abejas no saltan a simple vista, pero es importante entender algo: dependemos de ellas.
Pero la realidad es que debemos dejar de pensar simplemente en los beneficios que aporta a nuestra salud, sino más bien evaluar su función más extensa en la cadena natural que es la polinización, sin la cual la vida en el planeta sería definitivamente imposible. La abeja es el único insecto que proporciona alimento a los humanos con sus actividades diarias.
La biodiversidad es el proceso de interacción entre los seres vivos y el planeta, la relación entre ellos y, por supuesto, la respuesta biológica del medio ambiente al impacto de las especies.
En este proceso, la abeja tiene una función vital, ya que la agricultura mundial depende del 70% de estos insectos. Para que quede más claro, 70 de cada 100 productos que usamos para alimentarnos dependen exclusivamente de las abejas.
El equilibrio se explica por sí mismo: sin polinización, las plantas no podrían reproducirse y sin plantas la fauna también desaparecería y, en consecuencia, los humanos.
Por todo esto, el Earth Watch Institute de la Royal Geographical Society de Londres reconoció a estas pequeñas como el ser vivo más importante de la Tierra.
Desaparición masiva
Las abejas se están esfumando a tasas alarmantes para la comunidad científica internacional, y han saltado varias teorías que intentan explicar por qué está ocurriendo esto.
Una de ellas es que la avanzada de la telefonía móvil en todo el mundo podría estar impactando en las poblaciones de abejas. Según el Instituto Federal de Tecnología de Suiza, las ondas emitidas durante una conversación son capaces de desorientarlas al punto de la muerte porque pierden su sentido de dirección y su dinámica de vida se altera totalmente.
A través de más de 83 experimentos, el investigador y biólogo Daniel Favre demostró inequívocamente que en presencia de una comunicación celular, las abejas producen un ruido diez veces mayor que el habitual y este comportamiento es el que usan para advertir al grupo que es urgente dejar la colmena causando El fenómeno CCD o “problema de colapso de colonias”.
Por otro lado están, por supuesto, los pesticidas. Los productos usados para fumigar los cultivos contienen sustancias químicas que actúan como neurotoxinas y se adhieren a los insectos que pasean por las flores. Estos productos son transportados a las colmenas en donde contaminan al resto causando intoxicaciones masivas.
Las crías o larvas son las más afectadas por los agroquímicos porque muchas de ellas ni siquiera logran nacer.
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