En este artículo se abordara el tema de la comunicación como el fundamento para trabajar en equipo. Asimismo se observaran algunos consejos dados por expertos en lo referente al trabajo en equipo. El fundamento de este escrito es el libro de Peter Senge “La Quinta disciplina”.
La capacidad para administrar equipos de trabajo se reconoce en aquellas personas que comprenden y manejan de manera adecuada el arte de llevarse bien con todas las personas. Es decir, quienes son capaces de trabajar en equipo entienden la riqueza de entablar relaciones humanas adecuadas en los diferentes campos de la vida. Por ello, en este escrito se pretende darle al lector información sobre el cómo, por qué y para qué del aprendizaje de la comunicación asertiva, habilidad que implica saber dialogar y discutir.
Para poder comunicarse efectivamente es necesario aprender a escuchar a los demás desde la realidad de ellos y no desde la nuestra. Para ello requerimos desarrollar el pensamiento crítico que se convertirá en la herramienta para poder comprender el mensaje que desean trasmitir los demás teniendo en cuenta quienes son ellos y así poder analizar y evaluar lo dicho con una perspectiva más amplia.
Dialogar es la acción de conversar con otros con el fin de intercambiar ideas que produzcan beneficio de diversa índole. El diálogo implica discusión, porque a través de la exposición de ideas se argumenta de manera sólida el porqué de las mismas. Se debate con el propósito de entender la postura de los otros y la de uno mismo a través de escuchar con el fin de ampliar la visión mediante la escucha de los mensajes de los otros, quienes son una fuente de riqueza cuando se aprende a escuchar y debatir con el fin de llegar acuerdos que beneficien a todos.
Las personas que saben trabajar en equipo son gente interesada en conocer los argumentos de los otros y reconocen el valor de discutir sobre distintas ideas que produzcan beneficio y no se afanan por imponer sus ideas sino enriquecerlas mediante las aportaciones de todos los miembros del equipo y reconocen cuando alguien aporta ideas ganadoras.
Actualmente las organizaciones requieren de personas capaces de relacionarse sanamente con otros. Es importante entender que las relaciones humanas sanas son aquellas en donde existe diálogo y discusión desde la perspectiva que estamos mencionando en este escrito. Es decir, personas que reconocen que lo importante no es imponer, sino comprender y llegar a acuerdos.
Quienes aprenden a trabajar en equipo no participan en conversaciones vanas que no llevan a ninguna acción positiva a los “miembros del equipo”. Por ello, su actitud demuestra que valoran la humildad como la cualidad necesaria para conversar tanto en la convergencia como en la divergencia.
Los verdaderos aprendices del trabajo en equipo son quienes ponen en práctica el diálogo y la discusión con el fin de potenciarse mediante la intervención de los otros, por ello, el verdadero trabajo en equipo implica unir conocimientos, habilidades y valores de los miembros a favor de todos y con ello, cada individuo aprende del otro y con el otro a corregir errores, potenciar debilidades y descubrir fortalezas que conlleven al crecimiento del equipo.
Aprender la disciplina del trabajo en equipo implica para cada persona tener la disponibilidad de transformar los vínculos de competencia por vínculos de cooperación que intensifique en las personas valores tales como la solidaridad, el compañerismo, la reflexión, la disponibilidad, la amabilidad, pero todos ellos requieren primero de la humildad. En este punto aclaramos que los valores no sirven de palabra sino en acción, por ello, los que saben trabajar en equipo lo evidencian mediante su comportamiento.
Tener una dirección común se convierte en una condición indispensable para el trabajo en equipo. Quienes saben hacia donde se dirigen y lo que quieren lograr, están en posibilidad de armonizar energías y evitar el desperdicio de las mismas. Para ello, requieren del diálogo y la discusión que permita el intercambio de ideas sobre posibles acciones que lleven al logro de los objetivos trazados. Mediante la puesta en marcha del diálogo se está en condiciones de alinearse como equipo y desarrollar la capacidad para crear los resultados deseados colectivamente a través de generar en los miembros una visión compartida emanada del convencimiento que produce el conversar.
Diane Ryan en su libro "6 Questions to Help You Build Trust on Your Team", menciona que la confianza es clave para la eficacia de un equipo y ésta se cultiva entre los miembros del equipo demostrándoles que se cree que son competentes y que están a la altura del trabajo por hacer y se valoran los aportes que hacen. Lo que se puede notar en esta idea es que la conversación es el medio necesario para construir la confianza la cual es bilateral y mientras más pronto se trasmita por medio de comunicación asertiva, más pronto se observará como crece entre los empleados.
Partimos de la premisa de que el pensamiento es una construcción social que se enriquece y potencia en la medida que las personas aprendamos a dialogar. Compartir conocimientos tanto teóricos como los emanados de las experiencias permite a la gente que ha aprendido a comunicarse entender los problemas y con ello buscar las mejores soluciones de manera colectiva. En este punto es importante aclarar que el pensamiento es un fenómeno sistemático que surge de nuestro modo de interactuar e intercambiar discursos, por ello, es importante para quienes desean aprender trabajar en equipo actuar de tal manera que genere en los otros acciones cooperativas que redunden en el crecimiento personal y colectivo. De acuerdo con las ideas de este párrafo, preguntémonos ¿será que la forma de actuar egoísta por parte de la mayoría de las personas obstaculiza el aprendizaje del diálogo y la discusión?
Julie Gilbert menciona lo siguiente en su libro “Need growth ideas?” Es difícil hacer crecer a las empresas con esta difícil situación económica, pero es absolutamente esencial para sobrevivir. Recomienda buscar ideas de crecimiento en una fuente de innovación a menudo pasada por alto: pregúntele a la gente. Es necesario comenzar por diseñar una visión de hacia dónde quiere que se dirija la organización. Luego, enumerar los activos de la empresa, trazar un mapa con sus capacidades e identificar nuevas tendencias en el mercado. Al preguntarle a los colaboradores no sólo explotará una fuente de ideas fácilmente asequible, sino que se asegurará de que su gente esté comprometida con el futuro de la empresa.
A continuación se dan 4 técnicas que permitirán desarrollar la capacidad de escuchar y dialogar:
- Verificar: "Me permites repetir lo que dijiste para asegurarme de que te entendí"
- Esclarecer: "Me parece que esto es lo que quieres decir…"
- Mostrar apoyo: "Te escucho, por favor continua"
- Estructurar: "Que te parece si vemos los síntomas, tratamos de definir el problema y posteriormente discutimos posibles soluciones”
Al respecto John Baldoni en su libro “Never let your ego stop you from learning“ recomienda que no permitamos que nuestro ego se interponga en nuestro deseo por aprender. Los líderes exitosos mantienen sus mentes abiertas a cosas nuevas porque saben que, sin importar cuán alto sea su grado de dominio, siempre hay algo más por descubrir. Nos dice que cuando enfrentemos desafíos, incluso aquéllos que hayamos enfrentado muchas veces, adoptemos el enfoque de un aprendiz: haga preguntas o encuentre formas nuevas para solucionar el problema.
Aprender a comunicarse conlleva a aprender más sobre nosotros mismo ya que nos permite reconocer la naturaleza de nuestros pensamientos en la medida que intercambiamos ideas con los otros. Las condiciones básicas para el diálogo son:
- Tener conciencia de nuestras ideas, opiniones, prejuicios, necesidades y motivos con el objetivo de someterlos al examen que de ellos haga el grupo; es decir, no debemos adoptar pensamientos rígidos y no negociables que nos hagan sentir obligados a defenderlos.
- Considerar a los demás de manera consiente como colegas con el fin de establecer vínculos de igualdad que permitan el flujo de ideas. Este tipo de relación no implica que se deba concordar o compartir los mismos pensamientos, por el contrario, el poder de esta manera de interactuar opera cuando hay diferencias en los conceptos. Por lo tanto se hace imprescindible el aprender a visualizar a los "adversarios" como "colegas con otras perspectivas", con el fin de intercambiar formas de pensamiento de manera relajada y respetuosa que nos ayude a dejar atrás los sentimientos de enojo que comúnmente se dan cuando las personas no tienen la disciplina de mantener la mente abierta y creen que no hay otra forma de captar el mundo fuera de lo que ellos perciben.
- Entablar relaciones simétricas en donde se evite la idea de superioridad y/o subordinación. Las relaciones en donde los individuos se perciben como iguales permiten que el flujo de formas de pensar se lleve a cabo mediante un diálogo abierto y de manera más equilibrada. − Es necesario al inicio de la formación de un equipo de aprendizaje que exista un árbitro que "conserve el contexto del diálogo". Las funciones a desempeñar por dicho árbitro son:
- Ayudar, invitar y animar a los miembros del equipo a formar parte del proceso y los resultados.
- Mantener el diálogo en marcha y en equilibrio.
- Guardar el equilibrio entre su pericia y su actitud servicial, pero sin adoptar el papel de "experto" o "doctor", que quitaría el énfasis a las ideas y a la responsabilidad de los otros miembros del equipo.
- Comprender que el arte del diálogo consiste en experimentar el flujo del significado y en ver lo que es preciso ahora.
- Evitar que surjan entre los miembros "rutinas defensivas"; es decir, evitar que los miembros del equipo asuman roles que obstruyan el flujo armónico, tales como: "Víctima", "sabelotodo", "criticón no propositivo", "el yo no puedo", "el indiferente", "el necio".
Al respecto, John Maeda en su libro “Critique me, please” menciona que en el mundo de los negocios, a diferencia del mundo de las artes, la crítica a menudo se percibe de manera negativa. Pero la crítica constructiva es esencial en cualquier ámbito que requiere creatividad, innovación y la resolución de problemas. Debido a que el liderazgo requiere las tres cosas, los líderes deben estar seguros de que no sólo están abiertos a la crítica, sino que la buscan de manera activa. Recomienda a los líderes que le pidan a sus subordinados, sus pares y a sus clientes que le señalen cuáles son las debilidades de sus ideas y enfoques. Opina que la crítica puede ser un método útil para poner a prueba ideas y asegurarse de que las personas y los equipos se responsabilicen de sus aciertos y errores.
El desarrollo de habilidades y destrezas para la reflexión, colaboración y la indagación, serán los cimientos para desarrollar la habilidad de comunicación que permita superar situaciones como las simpatías o antipatías personales que conllevan a truncar el flujo de ideas. Por todo lo expuesto concluimos que el proceso de aprendizaje grupal consiste en un vaivén continuo entre la práctica y el desempeño, en donde los miembros del equipo aprendan hacerse conscientes de su propia actuación. Esto permitirá formar equipos maduros, capaces de indagar y analizar temas complejos y conflictivos que les den la posibilidad de crecer continuamente a través de aprender a reflexionar-actuar de manera simultánea.
M.C. Luz Angélica Rodríguez Ebrard
Maestra de tiempo completo del Departamento de Ciencias Administrativas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
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